Para recibir la Sagrada Eucaristía hacen falta tres condiciones:
1) estar en gracia de Dios; 2) saber a quién se va a recibir, 3) y guardar una hora de ayuno antes de comulgar.
Pregunta:
Le escribo para saber por qué tenemos que hacer una hora de ayuno antes de comulgar. ¿Dónde está fundamentado esto?
Respuesta:
Desde los comienzos, la Iglesia consideró conveniente separar el ágape de la Eucaristía. El que nacieran juntos se debe a que el Señor instituyó la Eucaristía en el marco del ágape de la Pascua judía en la Última Cena, para señalar el paso del Antiguo al Nuevo Testamento, por lo que para realizar mejor el mandato de perpetuar el memorial del Sacrificio de Cristo, pronto se produjo la separación, dándose lugar al “ayuno eucarístico” (Cf. PÍO XII, Constitución Apostólica Christus Dominus, del 6 de enero de 1953).
Quien vaya a recibir la Santísima Eucaristía, ha de abstenerse de tomar cualquier alimento y bebida al menos desde una hora antes de la sagrada comunión, a excepción sólo del agua y de las medicinas.